No Soy Un artista
Mi obra es roja. Rebelde, de izquierdas, anarquista y, sin duda, política. Siempre lo es. No existe un espacio neutro en lo que hago, porque la neutralidad es un lujo de quienes eligen no ver. Mi propósito es claro: reflejar el descaro de las instituciones, desnudar las mentiras del sistema y mantener vivos a todos aquellos que no quieren que recuerdes.
Su aventura en el mundo del expresionismo estuvo con él desde su niñez en la Ciudad de México, con plastilina, barro, cartón y siempre con artículos que la gran mayoría de las personas a su alrededor consideraban obsoletos, absurdos o incluso basura; sin embargo, esta llamarada interna por querer escupir al mundo sale a la luz una vez que se establece por accidente en Barcelona.
Perplejo por la cantidad de cosas en perfecto estado que la burguesía catalana tira diariamente a la basura, sus ganas de creación pudieron ver la luz al final del túnel al verse rodeado de recursos gratuitos y prácticamente ilimitados todos los días en las calles. No existe una cuadra en la ciudad condal en donde no haya llevado los ojos a las calles en busca de material nuevo.
En el mundo del ‘Arte’ y el ‘Artista’, su experiencia tiene menos presencia que la de un fantasma, ya que por lo menos el semblante de un espíritu o algo paranormal altera a los comensales. En su caso es lo opuesto, los clientes, galeristas y demás profesionales de la industria no tienen este problema, ya que nadie ha oído de él.
Lo que hago es crudo, violento y honesto. No busca agradar, no está ahí para ser decorativo ni complaciente. Lo que hago no pretende gustarte. Lo que busco es provocarte, causar repulsión, como un virus que se aloja en tu mente y te hace cuestionarte lo que preferirías ignorar. Mi obra es una confrontación directa a lo establecido, un recordatorio constante de que hay algo profundamente roto en la manera en que vivimos.
No soy neutral porque no quiero serlo. Lo que hago es una declaración de guerra contra la indiferencia, un grito contra el conformismo. Mi obra se rebela contra un sistema que silencia, invisibiliza y oprime. No busco la aprobación; busco la náusea, la incomodidad, el despertar. Y si lo que hago permanece en tu cabeza como una espina, entonces he logrado lo que me propongo